Cuando se trata de cualquier tipo de diálogo interno negativo, el primer problema es reconocer que en realidad se está hablando de algo. Sé que suena loco, pero muy a menudo la gente no quiere admitir que haya algo que se considere negativo. No quieren, ni siquiera a sus propios ojos, parecer malos, por lo que la negación es la primera herramienta a utilizar.

En segundo lugar, una vez admitido, no se puede curar inmediatamente aplastándolo o presionándolo. Hay que darles tiempo a estos pensamientos. No dije que tuvieras que escuchar mientras repetías cada sugerencia negativa una y otra vez. Dije que hay que darles tiempo al aire, un momento. Nadie tiene que creer ni creer. En pocas palabras, todo lo que les pido que hagan es reconocer estos pensamientos y comentarios UNA VEZ y luego dejarlos ir. Por supuesto, es mucho más fácil decirlo que hacerlo. La frase gracias por compartir puede resultarle útil. No necesito que le grites a tus pensamientos y les digas que no tienen derechos, porque seguro que volverán y te morderán cuando menos te lo esperes.

En tercer lugar, una vez que haya escuchado todo este parloteo hostil y crítico, es vital dejarlo pasar y no darle una pizca de credibilidad.

Squash es un juego divertido y físicamente cuanto más te esfuerzas, peor se pone. En el frente mental, debes esforzarte mucho para mantenerte relajado. Cuando los pensamientos negativos vienen a tu cabeza, como ocurre con tanta frecuencia, tienden a causar tensión en tu cuerpo a través del miedo, la ira, la duda u otra emoción. Esta tensión no es propicia para un swing fácil y relajado y un lanzamiento preciso. Lo que se necesita es un jugador que esté concentrado, arraigado en sus sentidos y que juegue con su oponente, no con ellos mismos. Cuando escuchas un diálogo interno negativo, creas una situación en la que comienzas a jugar tú mismo. Cuando estás en tus sentidos, ahora comienzas a jugar con tu oponente, explotando sus debilidades y golpeando la pelota en los espacios de la cancha para maximizar la incomodidad de tu oponente y presionarlo. Buscas sus patrones y tratas de mantenerlos siempre adivinando.

Si les gusta que el ritmo del juego sea lento, hazlo rápido, incluso si no es tu preferencia, haciendo cualquier cosa para mantenerlos fuera de balance. Tu trabajo es aprovechar tus fortalezas y sus debilidades y no puedes hacer esto si la voz en tu cabeza te dice constantemente que no eres digno.

Eso significa que debes practicar la flexibilidad y tener varios juegos en tu arsenal. Una vez más, siempre practica e implementa estas tácticas en partidos que no tienen importancia para usted hasta que el cambio se convierte en algo natural.

Recuerde que los jugadores de squash son rebeldes y siempre deben HACER lo que su oponente quiere que NO hagan. Siempre que no lo hace, deja a su oponente cómodo y potencialmente capaz de presionarlo para que haga un tiro débil o gaste demasiado energía.