Cuando se trata de deportes de raqueta, el bádminton y el tenis e incluso el squash comparten una apariencia muy similar con respecto a las raquetas utilizadas. Las raquetas de bádminton se han construido principalmente de madera a lo largo de su historia y en la década de 1960.

Estas raquetas tendían a ser de forma ovalada y usaban cuerdas de tipo tripa. Los mangos que se usaron fueron diseñados teniendo en cuenta la comodidad, en lugar del rendimiento, el agarre o el estilo. En la década de 1960, sin embargo, los armazones de raquetas de metal comenzaron a hacerse populares. Estas raquetas también comenzaron a combinar madera y metal, lo que permitió a los mejores jugadores del mundo obtener un mayor control del volante y los puntos durante los partidos.

La madera en sí misma había demostrado ser repentinamente limitante, no solo en la forma sino también en la tensión que se podía agregar a las cuerdas. La tensión permite que un jugador tenga más o menos control y también determinar la potencia de los golpes jugados en función de la rigidez de la tensión.

En la última parte de la década de 1960, los marcos de aluminio se estaban volviendo más populares. Esto permitió que una variedad de fabricantes y marcas conocidas produjeran diferentes estilos de raquetas de manera más económica. Como resultado, los jugadores tuvieron más opciones y luego pudieron encontrar la raqueta adecuada que les sentaría mejor. Ya no era un enfoque único para todos.

Durante la década de 1970 y durante la década de 1980, las raquetas de bádminton de compuesto de carbono llegaron al mercado y fueron más ligeras que nunca. Estas raquetas tendían a ser menos duraderas que sus contrapartes de aluminio, pero les dieron a los fabricantes la oportunidad de experimentar con diferentes compuestos, como parte de aluminio / parte de fibra de carbono, que finalmente allanó el camino para el grafito en la década de 1990.

Cuando se añadió titanio a las raquetas de compuesto de grafito durante la década de 1990, los fabricantes encontraron una excelente combinación de los materiales más ligeros con la mejor durabilidad. Los jugadores pudieron aumentar el poder y el control, así como agregar velocidad a su juego. Los compuestos más fuertes también permiten tensiones de cuerda más apretadas, aunque no tan apretadas como lo permitiría el aluminio. Con la combinación perfecta de compuestos y fuerza, cualquier jugador podría encontrar la tensión ideal que se adaptara perfectamente a su juego. Estos avances han permitido a los principales fabricantes de raquetas deportivas producir una amplia gama de raquetas de bádminton para todos los niveles de jugadores, desde principiantes hasta competidores de torneos profesionales.

Es interesante ver cuán similar ha sido la progresión con respecto a las raquetas de bádminton y las raquetas de tenis y squash. Las innovaciones dentro de un deporte se han trasladado a estos otros deportes de raqueta, lo que ha permitido que muchas marcas importantes y nombres bien conocidos produzcan raquetas de alta calidad para tenis, squash y bádminton.