Las caricias con un acto que lleva a las parejas a experimentar sensaciones inolvidables y abren la puerta a momentos de intimidad, pero que muchos son ignorados.

Raquel Díaz Illescas, psicóloga y sexóloga, dijo en conversación con el diario El Mundo: “Esto es para ti, es una buena forma de trabajar el tacto fino, calmar la mente y aprender a acariciar”.

“Sí, no es solo que aprendas braille, hazlo si quieres. Tampoco es un acto de empatía con las personas ciegas, aunque no estaría mal que todas las personas lo hicieran. Es una oportunidad para tu caricias para volverse más seductor e inolvidable, tanto en el cuerpo de otra persona, como en el propio ”, añadió.

Aquí la difusión por el medio español sobre el placer de las caricias:

Acariciarme

Generalmente, pedir que las acaricien es querer que se deslicen por tu cuerpo, que froten suavemente tu piel, mostrando cariño, complicidad o deseo, generalmente con las manos, aunque funciona con cualquier otra parte del cuerpo. Es una de las formas de expresar cariño, y no todas son físicas, las hay verbales y no verbales, como con una mirada amorosa o palabras agradables y simpáticas, por ejemplo.

También es una expresión de amor, sea lo que sea. Una caricia es una forma de decirle “te amo” a tu pareja, a tu hijo o hija, a tus amigos cercanos, a tu padre, a tu madre, a tus abuelos o quien crea y crea que serás bien recibido, pues las caricias son Para generar bienestar, no molestar.

La familia genera el primer aprendizaje psicoafectivo, siendo las caricias parte importante en la construcción de la autoestima, presente y futura. Los modelos familiares afectivos y relacionales se aprenden y repiten dentro y fuera del núcleo familiar. Por tanto, es muy probable que, si una persona se desarrolla en un entorno afectivo, con familiares que expresan su afecto, este a su vez lo haga con el resto de sus interacciones sociales, entre amigos, con las parejas, sus futuros hijos y su entorno. , según el nivel de cercanía.

Por supuesto, la intencionalidad sexual y erótica no estaría presente cuando apreciamos a nuestros hijos, pero eso no significa que sintamos placer cuando nuestros padres nos acarician, nos abrazan o nos sonríen, ¿verdad? La intencionalidad tiñe diferentes afectos. ¿Por qué acaricio a mi pareja y por qué acaricio a mi hijo? Evidentemente no son los mismos objetivos.

Como disfrutar las caricias

Me centraré en la modalidad táctil ya que muchas personas tienen dificultad, o no saben cómo hacerlo o recibirlo. Hay personas que se ponen de pie con placer y otras de disgusto o miedo cuando se les toca u ofrece. Probablemente tenga que ver con tu esquema psicoafectivo. Tal vez haya tenido experiencias negativas asociadas con el tacto a lo largo de su vida o sus habilidades de cuidado no estén muy desarrolladas, no más.

El miedo debe estar fuera del juego. Al menos hay que correr riesgos y ganar confianza. Es necesario enfocarse en las sensaciones y abstraerse de las interferencias externas o internas, sin escuchar nuestros pensamientos limitantes, como “No sé cómo hacerlo”, “No me gustará” o “¿Y si genero rechazo?” “, Por ejemplo.

El psicólogo Díaz Illescas, recomienda cuidar la estética de las manos, que no se rascan, utilizar cremas y limar las uñas, ya que pueden ser parte de las caricias.

“Las caricias necesitan paciencia, realízalas sin prisas y deja que los dedos viajen para descubrir nuevos rincones”, dice el experto. “No te olvides de hacerlo en olas, como si tus manos fueran olas de mar que llegan a la playa en su totalidad. Zonas como axilas muchas veces se olvidan pero absolutamente deliciosas, que bañan las olas”.

Imagínese que está aplicando crema en el cuerpo de alguien o solo con el único propósito de hidratar. Es mecánico, eso no serían caricias. Si lo haces con un objetivo afectivo adicional, como cuidar, ofrecer placer y cariño o incrementar tu deseo o autoestima, con más o menos intensidad y sin pretender dar un masaje necesariamente, eso son caricias.

No olvides que el placer lo recibe quien da y quien recibe, y si yo lo doy, doble placer para mí. Entonces podrías ponerlo en práctica en tu cuerpo.

Ejercicios para aprender a acariciar

El deseo juega un papel importante pero no sería suficiente para hacerlo bien. Hay gente con muchas ganas pero poco hábil.

Raquel D. Illescas, dice que podemos practicar de muchas formas en nuestro día a día. Aparte de los dados Braille, podemos utilizar bolas chinas, pero no las vaginales, sino las manuales y metálicas, utilizadas para la meditación y la relajación. Suelen ser dos que hacemos girar continuamente en una de nuestras manos. Desbloquea y agiliza nuestros dedos.

Realizar actividades como alfarería, acariciar y moldear barro, o jugar con las masillas o pastas para modelar que los niños utilizan para sus manualidades y juegos será un entrenamiento divertido y muy creativo.

Así mismo, jugar con la nieve, escribir o dibujar sobre ella o sobre la escarcha que se genera en los cristales de tu coche o hacer castillos en la playa, decorarlos con ‘churritos’ de arena y agua o definir detalles con el dedo, sería ser un entrenamiento muy eficaz.

Tipos de golpes

El entrenamiento es fundamental, pero la intención y la intensidad lo son aún más. De esa forma podríamos recibir caricias cálidas o tiernas.

– Acariciar los pies de su pareja debajo de la manta genera acercamiento. Si tienen cosquillas, mejor acaricia la zona del empeine, menos sensible que la planta, y apuesta por las pedicuras. Un rasguño puede tener el efecto contrario.

– Hacer manitas en el cine, literalmente, es acariciar las manos de la persona que lo acompaña. Entrelazar los dedos y acariciar las zonas interdigitales es un gran activador del deseo.

– Acariciarte la espalda en la cama para conciliar el sueño es un acto de amor muy intenso, siempre y cuando te guste la otra parte. Y si no consigue dormir, puede generar calor y las caricias son mutuas e intensas.

– Desliza tus manos por el interior de tu cuerpo. La piel es mucho más sensible, aunque no todo el mundo soporta tanta estimulación.

– Acariciar con una mirada tierna o insinuante, como quieras, mientras tocas suavemente a otra persona o incluyes palabras bonitas o sexys, conseguirás que todo tu cuerpo aumente el efecto de la caricia física.

– Escribir o adivinar mensajes cariñosos o pícaros con los dados braille. Para que te entiendan, ambos tendrán que entrenar. Se convertirán en expertos atentos.

– ¿Y qué te gustaría acariciarle la lengua, los labios o las mejillas al besar? Tocar mis labios siempre me ha parecido una caricia mágica.

– Bailar, el roce de un pecho sobre el cuerpo de la otra persona puede convertirse en una caricia muy sensual, así como el roce de los genitales masculinos debajo de la ropa, si se desea, claro. Para lograr el primero, la ‘kizomba’ es muy adecuada, y para el último, una bachata sensual no defraudará.

Rodéate de gente cariñosa que acaricia tu vida.