Los códigos de software no son productos físicos. No podemos ver los códigos, pero el usuario puede utilizar los resultados de ejecutar un programa codificado en forma de aplicación de software. Las aplicaciones de software así desarrolladas han redefinido nuestras experiencias diarias y nos han hecho la vida muy fácil, ya sea controlando un vuelo o comprando alimentos en un supermercado. El aprendizaje de la programación informática es, por tanto, una excelente vía para conseguir empleo y mejorar el perfil profesional de una persona.

La primera generación de códigos se llama lenguaje de máquina. La segunda generación de códigos se denomina lenguaje ensamblador y la tercera generación de códigos se denomina lenguaje de alto nivel o HLL. Todos los lenguajes de programación de software deben traducirse a códigos de máquina para que una computadora comprenda las instrucciones. Si bien la mayor parte ocurre internamente, es importante que los ingenieros de software ‘escriban’ correctamente programas que brinden el resultado deseado.

La práctica de la codificación se puede mejorar intentando escribir varios programas nuevos adecuados para aplicaciones específicas o incluso modificando los códigos existentes. Pero, ¿cuál es exactamente el propósito para el que se debe escribir un programa? ¿Cómo definimos el ciclo de vida del software? ¿Cuáles son los mejores lenguajes que se pueden utilizar para obtener una determinada salida? ¿Cómo pueden las personas sin ningún conocimiento básico de programación entrar en la codificación y en la industria del software? Aquí es donde ocurre el papel de los institutos de software.

Varios institutos de formación de software se han multiplicado por todo el mundo para abordar estos problemas. A menudo, ayudan a que las personas estén listas para el empleo, brindan orientación profesional y capacitación en un amplio espectro de software y lenguajes de programación, incluidos JAVA, SAP, CAD, .Net, etc. Algunos también recomiendan cursos de prueba de software basados ​​en el perfil del candidato. Con profesores experimentados y vínculos con empresas clave, brindan un valor real a un estudiante y ayudan en las ubicaciones después de completar el curso.

Estos institutos llevan a cabo cursos de corta y larga duración. También preparan a los estudiantes para varias certificaciones internacionales. Además, llevan a cabo talleres, eventos y otras actividades para fomentar la interacción entre los estudiantes y la industria, preparar a los novatos para sus entrevistas de trabajo y prepararlos para enfrentar las oportunidades. También se llevan a cabo regularmente ferias de empleo, entrevistas en el campus, etc. para que los estudiantes obtengan puestos de trabajo al completar con éxito el curso. Muchos gobiernos también se han propuesto establecer institutos de formación para formar a personas sin hogar, mujeres, desempleados y subempleados. Con el fin de animar a los niños a adquirir habilidades de codificación, muchos institutos de formación de software también han puesto a disposición una serie de cursos para estudiantes y niños durante las vacaciones de verano.

Si bien los resultados notables están aquí para ver, la industria de la capacitación en software no está regulada. Muchos institutos parecen prometer la luna y cobrar sumas considerables, mientras que la certificación real no es válida o se basa realmente en la reputación de una marca matriz conocida. En el futuro, será interesante ver cómo varios gobiernos abordan el problema y se aseguran de que los beneficios de la capacitación en software lleguen a todos los sectores de la sociedad.