La interacción social al enfrentar la muerte de su ser querido es crucial para adaptarse a la vida sin la presencia física de él o ella. Los amigos y familiares en los que podemos confiar no solo nos ayudan a hacer frente al cambio, sino que también juegan un papel importante en el mantenimiento de nuestra salud. Debemos ser el agente de cambio para construir y mantener nuestras relaciones ahora y por el resto de nuestras vidas. Nadie más puede hacer esto por nosotros.

Reconozca que a menudo hay una tendencia a aislarnos de los demás cuando estamos sufriendo. Ciertamente, esta es una respuesta normal y necesitamos tiempo solos. Sin embargo, nunca olvide que nuestra necesidad de ser aceptados y pertenecer se cumple comúnmente con nuestras relaciones de apoyo. Entonces, ¿qué podemos hacer para desarrollar o gestionar nuestras relaciones con los demás?

1. En primer lugar, tenga en cuenta que los bajos niveles de interacción social afectan el sistema inmune y hay investigaciones que lo demuestran. Cuando percibimos que quienes nos rodean no validan nuestra pérdida o son consistentes en su apoyo, los niveles de estrés aumentan. El estrés excesivo debilita la capacidad del sistema inmunitario para combatir infecciones. Use este conocimiento como una fuerza motivadora para llegar incluso mientras llora.

2. Luego, es importante reconocer que aunque muchas personas en sus redes sociales serán de ayuda positiva, algunas pueden ser negativas y causar sufrimiento innecesario. Esto sucede cuando alguien, aunque tiene buenas intenciones, intenta dirigir su trabajo de duelo de acuerdo con sus creencias. Pueden instarlo a sofocar la emoción en ciertos momentos o decirle que es hora de “seguir con su vida”. Manténgase a cargo de su dolor y haga todo lo posible para minimizar el contacto con estas personas por el momento.

3. Reconozca a aquellos en su sistema de soporte cuando estén allí para usted. Necesitan saber que te están ayudando en tu momento difícil. No solo necesita sentirse aceptado por los demás, sino que esa misma necesidad existe con aquellos en su red de soporte. Dejar que otros sepan que su tiempo y esfuerzos son apreciados fortalecerá sus relaciones.

4. Si sus redes sociales son pocas, será necesario buscar una mayor interacción. Puede hacer esto considerando unirse a un grupo de apoyo de duelo en su iglesia local, sinagoga, hospicio u hospital. A medida que pasan las semanas o los meses, es posible que desee unirse a una organización que brinda un servicio a otros o promueve una actividad o programa de interés. Las nuevas relaciones interpersonales pueden desempeñar un papel de liderazgo en la adaptación a las nuevas circunstancias de la vida.

5. También es posible visitar algunos sitios de redes sociales en Internet. Esto podría ser otra adición a la interacción necesaria. Hay sitios web sobre jardinería, golf, cocina, búsqueda de empleo, pasatiempos, repostería, religión y política, por nombrar algunos. Se puede compartir mucha información. Sin embargo, la mayoría de los psicólogos y consejeros le dirán que el contacto cara a cara es infinitamente más beneficioso que usar una computadora para comunicarse.

6. Aumente sus habilidades de comunicación personal. Tomar conciencia del poder de la comunicación no verbal. Si bien la elección de las palabras que usa al saludar a alguien que ha venido a ayudarlo es importante, los expertos en comunicación nos dicen que el lenguaje corporal transmite los mensajes más poderosos de todos. Si es apropiado, abrace a la persona o estreche su mano. Piense en todas las formas en que envía mensajes por expresiones faciales, tono de voz o su postura y conviértase en experto en leer esos mensajes de quienes vienen a ayudar.

7. Trabaja hacia la confianza y la coherencia en tus redes sociales. Pregúntese si tiene valores, intereses o similitudes que pueda construir con otros. Sea coherente al conocer personas en momentos y lugares específicos. Las expectativas con las que se puede contar y apreciar todo lo que se está haciendo construirán una base sólida para las interacciones continuas. Y, por supuesto, nunca olvides el poder de usar nombres. Salude a sus amigos y familiares por sus nombres de pila. Durante las conversaciones, cuando sea apropiado, diga el nombre de la persona.

En resumen: haga su trabajo externo. Aun cuando nos afligimos y debemos hacer nuestro trabajo interno, podemos continuar aprendiendo la importancia de la construcción continua de nuestras redes sociales, ya sea con otra persona o con muchas otras. Deje que su dolor lo transforme y permita que parte de esa transformación sea fortalecer los lazos sociales a través de sus sinceros esfuerzos por crecer. Cada uno de nosotros tiene un papel externo que descubrir y jugar para nutrirse mutuamente y proporcionar la aceptación que todos anhelamos.