Últimamente he estado sufriendo por los momentos que pasé sentado con amigos simplemente conversando, sin un reloj a la vista o un teléfono móvil para sacarnos de nuestro momento. Con cada persona trayendo solo un recuerdo, ya sea un consejo, palabras de aliento o gracias, una anécdota, una historia de viaje, un consejo de relaciones o un intercambio de energía. Nuestras conversaciones podrían continuar hasta que salga la luna …

Por conversación, me refiero a estar profundamente involucrado desde el corazón y agradecido por el intercambio de ideas.

Siento que el arte de la conversación se está volviendo más difícil de alcanzar. Estamos perdiendo nuestra capacidad de tener conversaciones cara a cara tradicionales que son tan vitales para mantener nuestras relaciones personales. No son solo los jóvenes quienes pierden el contacto visual y constantemente revisan los mensajes de texto; muchos adultos también se pierden en un torrente de correos electrónicos, redes sociales y teléfonos móviles. Una señal de los tiempos digitales que no vi venir.

Sin embargo, no soy ludita. Podemos enviar correos electrónicos, Skype y mensajes de texto sin perder nuestra capacidad de conectarnos en una conversación atractiva sobre algo que nos apasiona. Sin embargo, creo que debemos llevar la antorcha de la comunicación civilizada y revivir el arte de la conversación.

Podemos aprender del estadista y orador romano Cicero, él mismo un gran comunicador:

hablar clara y fácilmente

escuche y no interrumpa a otros cuando están hablando

sea ​​cortés y no hable demasiado

no hables demasiado de ti

no critique a otros a sus espaldas

Ser serio con los asuntos serios y alegre con los más ligeros.

nunca pierdas los estribos

Una conversación es un arte compuesto por más de un creador. Piense en ello como una sinergia donde cada parte tiene el doble papel de escuchar y hablar.

Seamos conscientes durante la conversación. A menos que esté esperando una llamada importante, preste toda su atención a su amigo. Si puede, apague el teléfono, lo ayudará a aprender a estar en el momento.

Podemos volver a conversar de maneras que nos ayuden a nosotros mismos y a los demás a realizar el don divino del habla. Imagínese si podemos hacer que nuestros amigos se sientan valorados por sus historias y sus palabras apreciadas. ¿No es eso parte de lo que estamos aquí?

“Solo conéctate”, escribe EM Forster en su novela Howards End para enfatizar el valor de las relaciones personales. Hizo lo mismo en su novela ‘The Machine Stops’, una ciencia ficción que predijo asombrosamente la era digital. Ahora que la tecnología de conectividad ya está aquí, prestemos atención al consejo de Forster. “¡Solo conéctate!” – y al conectarse, quiere decir desde el corazón – en persona.

Me encanta tomarme un tiempo en un retiro para volver a lo básico y tener conversaciones interesantes con las personas que me rodean, dejando atrás la era digital.

¿Qué mantiene vivas tus conversaciones?