Las conmociones cerebrales son una forma de lesión traumática en la cabeza acompañada de un deterioro temporal de la función cerebral. Este tipo de daño a menudo se conoce como lesión cerebral traumática leve (mTBI) o lesión leve en la cabeza (MHI) y es uno de los tipos más comunes de daño externo en la región de la cabeza y el cuello.

En 2013, se realizaron en los Estados Unidos alrededor de 2,8 millones de visitas relacionadas con lesiones cerebrales traumáticas al departamento de emergencias. Los estudios modernos revelan que los mecanismos más comunes de TBI son:

  • Accidentes de trafico

  • Caídas

  • Un golpe por o contra cierto objeto

En términos generales, todas las conmociones cerebrales se pueden dividir en dos grupos principales: relacionados con el deporte y no relacionados con el deporte. Aunque el tratamiento en ambos casos es más o menos universal, los pacientes que han sufrido una conmoción cerebral relacionada con el deporte a menudo se preocupan por la rapidez con la que podrían regresar a sus sesiones de entrenamiento, juegos y torneos. Una parte importante del tratamiento funcional de la LCT es explicar la importancia de una recuperación completa antes de volver a las actividades físicas: esto es crucial no solo para la salud del paciente sino también para su rendimiento físico óptimo.

¿Qué sucede durante una conmoción cerebral?

Independientemente del mecanismo específico del daño, se produce una conmoción cerebral cuando hay un cambio abrupto y extremo en la velocidad. Por ejemplo, cuando un arquero es golpeado por una pelota en la cabeza, recibe una gran aceleración local, y el cráneo, al ser una estructura sólida, es el primero en responder en consecuencia moviéndose en la dirección del golpe.

El cerebro, por otro lado, es una estructura “flotante” suspendida en un líquido cerebrovascular en el cráneo, por lo que lleva más tiempo cambiar su dirección y velocidad de movimiento. Por lo tanto, cuando se recibe un golpe repentino en la cabeza, el cerebro se estrella contra el cráneo, dañando los tejidos blandos locales.

Del mismo modo, cuando una persona conduce un vehículo, como un automóvil o una bicicleta, una parada repentina (como por un accidente de tráfico) provocaría una disminución abrupta de la velocidad que inicialmente afecta el cráneo: en los próximos momentos, el cerebro estaría todavía se mueve en la dirección inicial golpeando así el cráneo.

Los síntomas resultantes de dicho daño pueden incluir:

  • Físico: dolor de cabeza (local y difuso), náuseas, vómitos, aumento de la sensibilidad a la luz y el sonido, mareos, ver destellos de luz o estrellas parpadeantes, visión borrosa, tinnitus (zumbidos en los oídos).

  • Emocional y conductual: depresión, ansiedad, somnolencia o insomnio, fatiga, irritabilidad.

  • Cognitivo: alteración de la memoria y la concentración, sensación de “ralentización” o “en la niebla”.

Pero eso es solo la mitad del problema. Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades, las personas que han sufrido una conmoción cerebral han aumentado significativamente el riesgo de morir por otros problemas médicos como:

  • Convulsiones: aumento de 50 veces en el riesgo.

  • Envenenamiento accidental por drogas: aumento de 11 veces en el riesgo.

  • Infecciones: aumento de 9 veces en el riesgo.

  • Neumonía: aumento de riesgo 6 veces mayor.

Es por eso que un tratamiento holístico de las conmociones cerebrales es crucial para la salud a largo plazo de todos y cada uno de los pacientes, ya que debería aliviar no solo los síntomas iniciales, sino también prevenir el desarrollo de problemas de salud posteriores.

El enfoque convencional para el tratamiento de las conmociones cerebrales

En términos de tratamiento de las conmociones cerebrales, la mayoría de los médicos se enfocan en el principio “prevenir daño cerebral adicional”. Esto se realiza principalmente a través de la prescripción de medicamentos como analgésicos, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (para prevenir la inflamación cerebral), antibióticos (para prevenir infecciones durante el período de recuperación), antidepresivos y raramente diuréticos (para eliminar el exceso de líquido del cuerpo). Aunque este enfoque es viable y trae muchos beneficios, se pierde casi por completo el daño no cerebral de una conmoción cerebral, así como problemas de salud a largo plazo retrasados.

Por supuesto, es mejor que nada, pero difícilmente puede considerarse una terapia de extremo a extremo. Aunque este tratamiento es excelente para aliviar las manifestaciones inmediatas, no disminuye el impacto a largo plazo de la lesión. En otras palabras, el paciente que elige el tratamiento convencional para su conmoción cerebral podría tener que recurrir a la atención médica años después de la lesión, a menudo sin saber que el daño podría haberse evitado hace mucho tiempo. Afortunadamente, se ha demostrado que diferentes aspectos del tratamiento funcional tienen éxito en el tratamiento de los resultados a largo plazo de la lesión cerebral traumática.

Medicina funcional para el tratamiento de las conmociones cerebrales

El cerebro humano está unido a la médula espinal, por lo que el movimiento repentino de la primera afecta inevitablemente a la segunda. Incluso si el tronco encefálico se desplaza abruptamente una fracción de milímetro, pueden surgir todo tipo de problemas de salud en todo el cuerpo como resultado de la dislocación de la raíz espinal y los nervios.

Es por eso que la terapia de manipulación espinal (SMT), como una forma de tratamiento quiropráctico, demuestra ser tan efectiva en el tratamiento de eventos traumáticos de la columna cervical, que a menudo van acompañados de conmociones cerebrales. Además de mejorar el resultado a largo plazo, también disminuye el dolor, aumenta el rango de movimiento y alivia el espasmo muscular local.