El carcinoma bronquogénico debe considerarse en el diagnóstico de todos los trastornos respiratorios. La neoplasia maligna puede imitar prácticamente todas las enfermedades pulmonares comunes, como tuberculosis, neumonía, absceso pulmonar, atelectasia, enfisema localizado, derrame pleural, etc. Entonces, ¿cómo podemos dar un diagnóstico detallado o diferencial para identificarlo?

Investigaciones

Hallazgos radiológicos: Los hallazgos radiológicos pueden ser proteicos. La presencia de una sombra circular o irregular en un paciente sintomático puede ser el único hallazgo. La sombra circular clásica se llama lesión. En casos más avanzados, la lesión puede ser más extensa. Las glándulas hiliares están agrandadas. El crecimiento puede experimentar cavitación central y el absceso resultante muestra paredes gruesas y desiguales. La presencia de adenopatía hiliar debería sugerir la naturaleza maligna de la lesión. La presencia de parálisis diafragmática junto con una masa hilar debería sugerir fuertemente la posibilidad de carcinoma broncogénico. También pueden estar presentes otras características como colapso, consolidación, enfisema localizado y derrame pleural y pericárdico. Los procedimientos especiales como la tomografía, la angiografía pulmonar selectiva, la exploración isotópica pueden ayudar aún más. Una sola “sombra de moneda” colocada periféricamente en el pulmón puede ser causada por neoplasias primarias o secundarias, tuberculosis, infecciones fúngicas o cicatrices antiguas.

Examen de esputo: La hemoptisis está presente en muchos casos y el esputo se describe típicamente como “gelatina de grosella”. Las células malignas se pueden detectar en el esputo al examinar después de la tinción con azul de metileno y esto se puede confirmar mediante el método de Papanicolaou. Otros procedimientos de diagnóstico incluyen broncoscopia, biopsia con aguja de ganglios linfáticos palpables en el cuello y la axila y biopsia de almohadilla grasa escaleno. El ganglio escaleno derecho debe biosiarse en casos de lesiones del pulmón derecho y el lóbulo inferior izquierdo. El ganglio escaleno izquierdo debe biopsiarse para las neoplasias del lóbulo superior izquierdo. La mediastinoscopia y la biopsia de ganglios anormales es un procedimiento más gratificante. Cuando se detecta un nódulo pulmonar solitario (sombra de moneda) y el diagnóstico no es evidente, se debe hacer un seguimiento del paciente para ver el progreso de la lesión. En general, las lesiones malignas tienen un tiempo de duplicación de 5 semanas a 18 meses. Un crecimiento más rápido sugiere lesiones inflamatorias. La calcificación está a favor de las lesiones no malignas, aunque esto no siempre es cierto. Cuando existe una fuerte sospecha de malignidad, está indicada la toracotomía diagnóstica.

Tratamiento

El manejo depende de la etapa del tumor en el diagnóstico, el tipo histológico y la presencia de complicaciones. El tratamiento puede consistir en cirugía, irradiación y quimioterapia.

Cirugía

Cuando el primario es pequeño y se detecta antes de que se desarrollen las manifestaciones clínicas y no hay metástasis, el tratamiento quirúrgico es ideal. Las contraindicaciones para la cirugía incluyen infiltración de la tráquea, carina, vena cava superior, parálisis recurrente del nervio laríngeo y derrame pleural. La presencia de ganglios mediastínicos y metástasis a distancia son contraindicaciones para la cirugía. Los resultados quirúrgicos son menos satisfactorios en aquellos casos que han desarrollado síntomas.

Radioterapia

Se prefiere la radioterapia radical en casos seleccionados. En la práctica, en la mayoría de los casos, la radioterapia se administra como medida paliativa en casos inoperables con diseminación local o metástasis a distancia. Varios avances recientes en las técnicas de radioterapia, como la radioterapia de dosis dividida, el uso de radiosensibilizadores y la disponibilidad de equipos de radiación modernos como el acelerador lineal, los rayos betatron, los rayos de neutrones y los rayos de mesón han hecho que la radioterapia sea más efectiva con menos riesgos. En algunos centros, la radioterapia también se usa profilácticamente en el cerebro para prevenir el desarrollo de metástasis.

Quimioterapia

Está indicado en el 90% de los pacientes con carcinoma broncogénico. La elección de los medicamentos se basa en la histología del tumor, las instalaciones para la terapia de apoyo y la tolerancia del paciente. La quimioterapia puede usarse como la única modalidad de tratamiento en casos avanzados o como un complemento de la cirugía y la radioterapia. Los agentes quimioterapéuticos de uso común son metotrexato, ciclofosfamida, vincristina, CCNU, adriamicina y cisplatino.

Pronóstico

Dado que la mayoría de los casos se diagnostican tarde en la enfermedad, el pronóstico general en el carcinoma broncogénico es pobre. Los sujetos asintomáticos detectados por las investigaciones tienen el mejor pronóstico. Los siguientes son los sujetos con síntomas referibles al tumor primario con una duración inferior a los meses sexuales. Las metástasis en el SNC y el hígado confieren un mal resultado. Los carcinomas de células pequeñas tienen peor pronóstico ya que las metástasis se desarrollan temprano. En la mayoría de los pacientes solo es posible la terapia paliativa. Las cifras de supervivencia a cinco años para el carcinoma de células escamosas varían de 40-50% para la etapa I a menos del 10% para las etapas III y superiores.

Profilaxis

El carcinoma broncogénico se puede prevenir al menos parcialmente evitando fumar. El riesgo de cáncer disminuye cuantitativamente con la reducción en la cantidad de cigarrillos fumados y en aquellos que dejan de fumar por completo, el aumento del riesgo de cáncer disminuye después de un período de aproximadamente 10 años para alcanzar el de los no fumadores. La exposición laboral al asbesto, los contaminantes ambientales y los materiales radiactivos debe reducirse al mínimo y el personal dedicado a estas industrias debe recibir protección personal.