En Estados Unidos, hay dos tipos principales de farmacia; farmacia compuesta y farmacia regular. Existen algunas diferencias muy importantes entre estos dos tipos de farmacia, que se explicarán en el siguiente artículo. Puede elegir qué tipo de farmacia sería mejor para usted según esta información.

Farmacia Compuesta

Este tipo de farmacia ha existido durante décadas, pero apenas comienza a ser más popular nuevamente. Durante siglos, la mayoría de las farmacias fueron compuestas, pero casi desaparecieron con la llegada de los medicamentos producidos en masa a mediados del siglo XX. Practican un tipo seguro de “medicación alternativa”, donde cada usuario tiene su propia medicación mezclada especialmente para ellos por un experto calificado, según los consejos del médico que lo diagnostica. Se considera un medicamento alternativo porque los clientes no están obligados a confiar en el estándar de la industria para su medicamento en particular, y por lo tanto tienen más probabilidades de obtener un medicamento que satisfaga sus necesidades específicas. Poder adaptar los medicamentos de esta manera significa que los pacientes tienen una mayor opción sobre el medicamento que tienen que tomar, porque es menos probable que sea demasiado fuerte o demasiado débil para su condición particular. También significa que ciertos ingredientes no esenciales pueden omitirse si es necesario. Esto puede ser realmente útil para pacientes que no pueden tomar medicamentos estándar porque son alérgicos a ciertos ingredientes (como el gluten) que se usan comúnmente.

Farmacia regular

Las farmacias regulares venden medicamentos producidos en masa que se han creado en una fábrica central. Este medicamento solo estará disponible en los tamaños y dosis estándar, que se han creado en función de lo que los pacientes necesitan con mayor frecuencia. Si no encaja en una de estas categorías, entonces es posible que no pueda encontrar el medicamento que sea adecuado para su condición. Sin embargo, las farmacias habituales suelen ser menos costosas que las compuestas, porque dispensar medicamentos preparados previamente requiere menos habilidad. Por lo tanto, estas farmacias dan a las personas acceso a medicamentos que tal vez no puedan pagar si tuvieran que ir a una tienda de compuestos. Las farmacias regulares también tienden a ser más rápidas que las compuestas. Mezclar medicamentos únicos para cumplir con una receta específica requiere mucho cuidado y precisión, y por lo tanto no se puede hacer al instante. Si tiene poco tiempo, es mucho más fácil ingresar a una farmacia regular y simplemente elegir un medicamento que esté directamente en los estantes. Esta es una opción más adecuada para algunas personas.