El mayor temor informado por quienes están considerando la cirugía plástica es una reacción negativa de otras personas. La forma en que otras personas nos ven es extremadamente importante, de lo contrario, nadie estaría haciendo esto en primer lugar.

El estigma social asociado a la cirugía estética ha existido durante décadas y no muestra signos de disminuir en el corto plazo. Las personas que lo están contemplando deben tener en cuenta este estigma al tomar su decisión y comprometerse plenamente a afrontar las repercusiones del mismo.

La cirugía plástica puede ser reconstructiva después de una lesión o defecto, o cosmética para mejorar la apariencia estética del paciente. Por lo general, es la forma cosmética que la gente elige para juzgar injustamente. Este juicio puede presentarse de muchas formas diferentes: una mirada de reojo de un extraño, una ceja enarcada de un conocido o incluso un sermón completo de un amigo cercano o familiar. La gente se siente muy atraída por este tratamiento por motivos estéticos, y muchas veces quieren proyectar esos sentimientos en la persona que elige este tratamiento quirúrgico por sí mismos.

A veces se trata de un problema de celos: la persona a la que no le gusta secretamente quiere cambiar su propia apariencia y cree que estás “engañando”. Y otras veces es un dilema moral: ¿de quién es el lugar para modificar nuestras apariencias? ¿Qué derecho tenemos para hacer tales cambios en nuestro ser físico?

Las opiniones de los demás ciertamente pueden pasar factura a la hora de decidirse por este tratamiento. Por supuesto, desea complacer a sus seres queridos y no desea participar en comportamientos que los ofendan.

Entonces, si tu madre dice que “la cirugía plástica es para narcisistas descuidados”, naturalmente estás inclinado a escucharla y optar por no someterte a la operación que deseas.

Sin embargo, la decisión de cambiar o no una parte de su cuerpo es intensamente personal y debe tomarla usted solo. Otras personas pueden opinar, pero usted necesita mantener la determinación personal de hacer lo que sabe en su corazón que es lo correcto para su cuerpo, su autoestima y su vida.

Es poco probable que las personas que te conocen y te aman te repudien por algo como un tratamiento reconstructivo plástico. Por lo menos, los disidentes en su vida se sentirán molestos porque no siguió su consejo y es posible que se muestren un poco fríos o con desaprobación por un tiempo. Este tipo de estigma puede valer los impresionantes beneficios que un procedimiento cosmético puede tener en su vida. Si cree que la cirugía plástica es adecuada para usted, no permita que nadie le impida tomar una decisión que podría mejorar su vida.