El idioma español, como el italiano y el francés, se llama lengua románica. La razón es que tiene una marcada influencia del idioma latino (romano) en su vocabulario como los otros dos idiomas mencionados anteriormente.

Dado que el país de España permaneció bajo la influencia romana durante muchos siglos a los que le dieron el nombre de “La Península Ibérica”, el idioma español ha tomado prestado mucho del latín. Los siguientes son algunos ejemplos que ilustran este punto.

El agua se llama Agua en español y Aqua en latín. Spirit se llama Alma en español y Anima en latín. El número uno se llama Uno en español y unus en latín. Dos se llaman dos en español y dúos en español. Tres es lo mismo en ambos idiomas, es decir, Tres. Del mismo modo, las similitudes en los días de las semanas también son sorprendentes. En español el lunes se llama lunes; en latín Lunae. El martes es Martes en español; en latín martis. El sábado es sábado en español; Sabbatum en latín. Si avanzamos hacia los meses del año, nos espera la misma similitud. Agosto es agosto en español y Agustus en latín. Octubre es octubre en español y octubre en latín, etc.

Incluso en los tiempos verbales encontramos asombrosas similitudes. Por ejemplo, nosotros en español somos Nosotros, mientras que en latín es nosalteros. Ellos en español son vosotros y en latín es vosalteros.

Por lo tanto, del estudio anterior concluimos que el español ha tomado mucho del latín en términos de vocabulario y gramática.