Las anfetaminas son un grupo de drogas psicoactivas sintéticas llamadas estimulantes del sistema nervioso central (SNC). Los medicamentos que contienen anfetaminas se recetan para la narcolepsia, la obesidad y el trastorno por déficit de atención con hiperactividad.

Cuando el químico alemán L. Edeleano sintetizó por primera vez la anfetamina en 1887, no se notaron los efectos estimulantes. A principios de la década de 1930, cuando se descubrieron las propiedades estimulantes del SNC de la anfetamina y su uso como estimulante respiratorio, se comercializó como un inhalador para la congestión nasal (Benzedrine ©). Benzedrina es el nombre comercial de la droga anfetamina; La dextroanfetamina se comercializa como Dexedrina. La metanfetamina, un potente estimulante comercializado como Desoxyn, es la anfetamina de acción más rápida. Ahora, tales inhalantes han sido prohibidos debido a su toxicidad, pero todavía están disponibles con receta para usos limitados.

Las anfetaminas pueden producir efectos sistémicos agudos, que incluyen irregularidades cardíacas y trastornos gástricos. El uso crónico con frecuencia resulta en insomnio, hiperactividad, irritabilidad y comportamiento agresivo.

El abuso de anfetaminas comenzó a aumentar durante los años 1960 y 1970 con el descubrimiento de que la inyección intravenosa de anfetaminas (particularmente metanfetamina) produjo efectos eufóricos mejorados con un inicio más rápido que la administración oral. La anfetamina también es popular entre los atletas en el entrenamiento debido al rendimiento mejorado como consecuencia del aumento del gasto cardíaco.

Conocidas popularmente como bennies, manivela, speed, píldoras de pep, despertadores o palas, las anfetaminas son fácilmente adictivas y abusadas. Los usuarios corren el riesgo de volverse psicológicamente dependientes de las drogas y desarrollar tolerancia hacia ellas. Esto da como resultado el requisito de dosis cada vez mayores para el mismo efecto.

La adicción puede terminar en psicosis o muerte por hiper-agotamiento o paro cardíaco. La psicosis inducida por anfetaminas muestra una notable similitud con la esquizofrenia, con paranoia y alucinaciones.

No se conocen medicamentos de venta libre que contengan anfetaminas, aunque varios de estos medicamentos dan falso positivo para la anfetamina.